Paciente empoderado: Si, pero con límites…

Definición empoderar: hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido.

Paciente Empoderado

Todos estamos de acuerdo que un paciente empoderado, aquél que se implica

en su enfermedad, en su tratamiento, y que cuida el estilo de vida que se le ha aconsejado, es el paciente ideal, pero a veces el “saber demasiado” puede no ser tan beneficioso para él como esperamos.
Paciente Empoderado

Conocer todos los riesgos y complicaciones que tiene tanto una enfermedad como el tratamiento requerido para ella, puede desestabilizar la vida del paciente y llevarlo a desanimarse, lo que aumentará su estrés con todos los problemas que ello conlleva (aumento de los síntomas propios de su enfermedad, HTA, ansiedad y un largo etc.), que no resulta lo más adecuado para ninguna patología.
Paciente Empoderado

¿Paciente empoderado?

Por supuesto que SI, es muy importante para el paciente, para los profesionales que lo atienden y para el sistema de salud, que un paciente se implique en la formación y en la información respecto a su enfermedad porque conseguiremos que se implique más en su autocuidado, una mejor adherencia al tratamiento, un aumento de la confianza tanto en el profesional que lo trata como en el sistema sanitario y una disminución de las complicaciones asociadas a su patología.

Paciente Empoderado
Esta situación en enfermedades crónicas es más importante si cabe, siempre que tanto la información como la formación se consigan en colaboración con expertos sanitarios que le aconsejen cómo debe hacerlo, dedicándole el tiempo que sea preciso para conseguirlo.

¿Cuáles son los problemas?

El hecho de informarse puede llevar a que se preocupe en exceso por las complicaciones que pueden presentarse a lo largo de su patología, o bien los efectos secundarios que podría presentar por la toma de la medicación prescrita y eso nos llevará a tener un paciente empoderado pero estresado.
Paciente Empoderado

Por eso es tan importante la implicación de todos los profesionales sanitarios en la información y formación de todos los pacientes, y hemos de ser nosotros los que establezcamos en cada caso, según la personalidad del paciente, lo que debe saber y lo que es mejor que no sepa (sin engañarlos en ningún momento, por supuesto).
Paciente Empoderado

Como médico y paciente hace tiempo que decidí “dejar la bata” en la sala de espera cuando acudo a las visitas de los diferentes profesionales que me tratan y convertirme sólo en paciente. Eso quiere decir que no intento autodiagnosticarme, ni justificar todos los síntomas que presento, sino que delego en los que me atienden este trabajo, yo me limito a explicarles lo que siento y ellos deciden qué es lo que tengo y cuál es la mejor solución.
Paciente Empoderado

El día que decidí ser sólo paciente y dejar mi lado médico para otras ocasiones que no estuvieran relacionadas con mi enfermedad, mi estrés bajó muchísimo y en la misma proporción aumentó la confianza en esos médicos y enfermeras que me cuidan.

Por eso cuando hablo de paciente empoderado, digo SI, pero con ciertos límites…
Paciente Empoderado

16 comentarios en “Paciente empoderado: Si, pero con límites…

  1. Hay que partir por no mentirle jamás al médico, y tomar en serio la salud propia, porque hay pacientes que alegan que «esa pastilla no me ha hecho bien»…y resulta que olvida tomarla, no respeta horarios, y el médico sin saber eso, cambia medicamento, y … vuelta a la misma…
    Creo que el paciente debe ser socio del médico.

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  2. Pingback: Consentimiento informado: ¿Lo lees o lo firmas? | Dra. Herraiz: Médico y paciente

  3. Sería muy acertado el consejo, y yo lo suscribiría, de no ser por el hecho cierto de que bastantes médicos no son más que simples funcionarios de la administración de Salud correspondiente.
    Con nula empatía, con poco interés para actualizar sus conocimientos.
    Y esto es más flagrante en el caso de algunos trastornos, como el SFC/EM y la Fibromialgia.
    Tan grave es, que me he llegado a encontrar con el caso de algún médico que cree que las siglas EM, del final de SFC/EM significan Esclerosis múltiple, cuando en realidad es Síndrome de Fatiga Crónica/Encefalomielitis Miálgica.
    Así que, tanto por uno, como por otro lado, hay mucho trabajo que hacer.

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    • Completamente de acuerdo contigo E., todavía hay mucho que hacer. Respecto a la empatía es algo básico en la relación médico paciente y algunos o no la han tenido nunca, o la han perdido en alguna parte, pero por otra parte somos muchos los que sí entendemos los problemas que conlleva tener una enfermedad crónica y más todavía si es una FM o un SFC, pero todo llegará, hemos de luchar todos por ello.
      ¡Muchas gracias por comentarlo en el blog!

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  4. Completamente de acuerdo.
    Soy médica y el año pasado tuve un linfoma.
    Desde el momento del diagnóstico busqué un médico en quien confiar y me entregué a sus cuidados porque , a pesar de saber muchas cosas, no me parece sano controlar nuestro propio tratamiento.
    Por supuesto que, también, busqué ayuda psicológica para poder afrontar con más estabilidad mi tratamiento.
    Gracias a todo esto, en este momento estoy en fase de mantenimiento y la enfermedad se ha batido en retirada.
    Me ha servido para comprender mejor a mis pacientes y, por lo tanto, me ha hecho mejor médico.
    Un gusto leer tu blog

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    • Me alegro mucho de que estés superando al linfoma y te agradezco que lo hayas compartido en el blog.
      Aprovecho para comentar lo importante que sería que en todas las enfermedades crónicas contáramos con la ayuda de un equipo de psicólogos que nos ayudaran a aceptarlas y a llevarlas lo mejor posible.
      Un abrazo.

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  5. Excelente post Doctora,aunque creo que en muchos casos no es la propia enfermedad la que nos crea stress ,ansiedad,miedo etc..sino los daños colaterales que conlleva, sobre todo cuando perdemos nuestro trabajo y con ello el nivel adquisitivo.La administración y las leyes no protegen al enfermo y crean un clima difícil de superar.
    Saludos

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  6. No puedo más que suscribir todo lo que comentas en el post, Creo que ahora todo el mundo se ha vuelto médico y todo el mundo sabe de todo.
    Soy una paciente que intenta confiar en los responsables de dirigir mi salud y no en saber más que ellos, por lo que evito consultar información sobre mi enfermedad en internet o en revistas médicas y saber más de lo que necesito saber porque creo que todo es relativo y el desarrollo de las patologías van en función de cada paciente y de cada realidad aunque haya patrones comunes. Para mi calidad de vida es mucho más gratificante ir viviendo el día a día salvando obstáculos según se presentan y no vivir en una angustia constante por exceso de información que no me ayuda sino que me paraliza, bloquea y provoca situaciones de inquietud innecesarias. Vivir el Ahora… El momento es en lo que me centro… Sin olvidar que tengo limitaciones de las que ser consciente y de las que responsabilizarme sabiendo que la más importante es intentar llevar una mejor calidad de vida sin obsesiones.
    Muchísimas gracias por tan interesante reflexión.

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  7. A menudo me he preguntado lo mismo que tú.
    Muchos pacientes, por su personalidad o por la patología que padecen (que a menudo en mi consulta tiene pronóstico incierto), con más la información aumenta la incertidumbre y esto solo hace empeorar la salud emocional del paciente (y en mi caso de sus padres).
    ¡Muy buena reflexión, gracias!

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  8. Buen post, enriquecedor para los pacientes. Imprescindible estar informado. Yo elijo pocas fuentes pero muy fiables y selecciono lo que puede aportarme algo. Las dudas que me surgen las traslado al profesional que me atiende, que es quién mejor podrá responderme y por tanto es la fuente más solvente que dispongo. La excesiva información es tan peligrosa como la desinformación. También es conveniente estar al día de los derechos como paciente y empoderarse frente a la Administración. Dicen los protagonistas de la película Declaración de guerra (Valérie Donzelli, 2011): «Nada de internet, no queramos saber más que los médicos». Lo primero no, lo segundo sí. Un saludo.

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  9. Totalmente de acuerdo contigo, María José, por eso yo aconsejo, en mi libro «QUE EL DOLOR NO VAYA A MÁS…», que no hay que vivir 24 horas diarias la conducta de enfermo, sino realizarse como persona, realizar otras actividades, valorar las cualidades personales, convivir con familiares, amigos, vecinos…, en fin, no reducir la vida y la búsqueda de información exclusivamente a lo referente a la enfermedad.

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