Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía!

Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía!

Empatía (según la RAE): Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Desde que empecé en la Facultad de Medicina mi carrera son muchas las cosas que han cambiado

, una de ellas es que ahora para hacer Medicina tienes que haber sido el “empollón” de la clase desde P3, dada la nota de corte necesaria para entrar en ella.

Hoy los estudiantes de Medicina son los que mejores notas han sacado, en un plan de enseñanza que deja mucho que desear.

Hace unos años (antes del numerus clausus), los que más nos habíamos preocupado por nuestros compañeros de clase, los que los defendíamos ante lo que considerábamos injusticias, etc, nos decantábamos por carreras humanistas, entre ellas la Medicina, por su labor humanitaria ante las enfermedades.

Puede que sea por esto…o puede que no, pero desde que he pasado a ser paciente a tiempo completo, me he avergonzado de muchos de mis colegas, que se debieron dejar su empatía entre las largas horas de estudio.
Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía¡

Nadie quiere un médico que sólo cure su enfermedad, más en el caso (como es el mío) de que nunca podrá hacerlo, ya que todavía hay muchas enfermedades crónicas e invalidantes para las que no se conoce un tratamiento que revierta, controle sus efectos y las haga desaparecer.

Queremos un médico que vea delante suyo a una persona con una enfermedad que le ha cambiado la vida por completo y que necesita algo más que pastillas y operaciones.

En mis muchos pasos por el hospital he encontrado a esos grandes PROFESIONALES (así, con mayúsculas) entre enfermeras, auxiliares, limpiadoras, camilleros y en algún médico que, generalmente, rondaba o pasaba la cuarentena…
Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía!

Por poner sólo un ejemplo: La cirujana que me operó de urgencia una perforación de intestino, provocada por uno de los tratamientos para mi artritis, lo primero que me dijo cuando pasó visita por primera vez en la habitación (compartida, por supuesto), tras 4 días en cuidados intermedios, es que la recuperación dependía de mí, que ya me podía levantar (con una laparotomía medía, una colostomía de regalo y múltiples drenajes) y pasear pasillo arriba, pasillo abajo, sin parar durante horas…¿Qué había pasado con mi artritis que no me permitía caminar más de 100 metros sin que se me saltaran las lágrimas y necesitara después dos días para recuperarme? ¿Había desaparecido durante la intervención?, pues no, por supuesto, lo que pasaba es que para ella la paciente de la 112 había sido intervenida de una perforación intestinal y punto, si se había leído mi historial o no, nunca lo sabré…
Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía!

Y ahí no queda la cosa, claro, los familiares que la han oído, quieren que hagas lo que la “especialista” ha dicho y, por más que les digas que ya te gustaría caminar, pero que hace años que no puedes hacerlo y en este momento estás en peores condiciones, más asustada que antes, no te hacen ni caso: la especialista manda…

Menos mal que luego siempre aparece ese médico con vocación, que te coge la mano y te mira a los ojos y te explica que, dentro de lo que puedas, te muevas, que es lo mejor para ti y que él entiende lo que estás pasando y que todo saldrá bien…

O esa enfermera que te dice: no le hagas caso, es una amargada, tú tranquila que ya verás como poco a poco vas a poder ir haciéndolo y aquí estoy yo para ayudarte en todo lo que necesites (explicación de cómo mirar y cuidar mi colostomía sin desmayarme, incluida).

Y a profesionales como a los que he descrito en los últimos párrafos es a los que yo, como paciente, necesito y, como médico, con los que me identifico.

Una asignatura que deberían estudiar con más ahínco en la facultad: ¡la empatía!

Desde el otro lado de la Medicina Falta empatía!

45 comentarios en “Desde el otro lado de la Medicina: ¡Falta empatía!

  1. Pingback: Mi propósito del 2016: Volver al Blog | Dra. Herraiz: Médico y paciente

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  3. Me ha encantado haberte descubierto. Tienes un Blog fantástico y estoy segura de que lo leeré habitualmente. En el pasado he trabajado con profesionales sanitarios, donde he visto muchos tipos de comportamientos, tanto en atención primaria como en hospitales, urgencias, etc. Mi impresión es que la mayoría de profesionales sí se preocupan por sus pacientes, aunque por las circunstancias actuales en cuanto a excesivos cupos, es complicado que puedan conocer al paciente en profundidad. Como en todas las profesiones, se distinguen aquellos que son buenas personas y reconocen a quien tienen delante como semejante, es decir, como persona. A veces, a un médico solo le haría falta el gesto de mirar la expresión de los ojos al paciente para que se pudiese dar cuenta de por lo que está pasando en ese momento. Gracias a dios, hay médicos como tú que son el claro ejemplo de cómo se hacen bien las cosas. ¡La empatía es algo que TODOS debemos tener siempre en cuenta!

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  4. Precisamente es lo que vivo hoy día, la poca empatía de los medicos, yo antes me callaba a todo pero me han obligado a tener que ser a veces un poco descarada y decirles a la cara el trato que me están dando, ahora la impresión que dan es que lo hacen por dinero y no por vocación, es muy difícil encontrar un buen medico de los de antes, mi marido tuvo que recordarle a un médico si hizo su juramento hipocrático, es de pena, bueno, espero que ésto mejore, gracias por el blog

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  5. Son medicos, no psicologos, todas mis experiencias cuanto mas duras las especialidades (cirujanos) menos sentimientos, quizas un clinico de familia te puede intentar ayudar a pensar como un familiar, como a alguien al que le importas.
    Dificil…. ojale se humanice, pero con la cantidad de pacientes que ven x dia lo veo dificil. Es una lastima xk en ciertas enfermedades es muy necesario, hace a que tambien tu familia al explicarle al medico lo que sentis te entiendan un poco mas. Sino sale rapidamente tu umbral del dolor es bajo, somatizas, stress y esas pavadas… que odio.

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    • Y es triste pero el que empatiza es el que lo sufre, se ve en su caso, en el mio que me reia cdo a un compañero le dolia la espalda en el gimnasio… «estas viejo». Las acciones surgen cdo nos pasa algo, veo en mi empresa, muere el hijo de un directivo de cancer y hacen una fundacion, se hacen religiosos, hacen empresas para donar sangre, etc, etc, pero hasta ese momento solo pensaban en como subir en la escala jerarquica para cambiar el auto, nada mas.
      Es posiblemente inherente a la especie, el libre «un mundo feliz» de huxley habla un poco de esto, si todo esta bien somos felices…

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  6. Qué bonitas palabras. Una palabra de aliento a veces puede ser la mejor medicina. Para eso no hay que ser Sapientín, el primo «empollón» de Zipi y Zape. 🙂

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  7. Yo creo que debemos darnos a nosotros mismos un tironcillo de orejas en este aspecto. Es cierto que muchos de los que amamos esta profesión de ayudar a las personas cometemos esos errores. Es cierto que también somos personas, y no tenemos el mismo ánimo al entrar a la guardia que al salir, pero eso no debe de afectar a nuestra profesionalidad.

    Muchas gracias por este gran artículo.

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  8. Coñe, un médico con sentimientos de paciente, rara avis. No sé, según mi experiencia a la profesión médica le «repelen» las emociones , dudas y sentimientos de los pacientes , actuan como si tal cosa no existiera o fuera algo accesorio que no les concierne. Será que no he tenido buena suerte con los médicos, será ….será …

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  9. Antes de nada decirte que me alegro de que retomes el blog. Como paciente he pasado de paciente impaciente a paciente paciente. He visto sobre todo profesionales que se limitaban a hacer su trabajo y poco más, y algunos con los que he tenido enfrentamientos verbales hasta ponerles alguna queja. Pero me quedo con dos doctoras que eran, aparte de grandes médicos, excelentes personas que sabían transmitir y darte esas fuerzas que a menudo fallan. En estos casos también reflejé por escrito su buen hacer. Creo que los sanitarios que no empatizan, no lo hacen ni con pacientes, ni con compañeros, ni con nadie. Mucho ánimo.

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  10. Muy buenas, Doctora.

    Me alegra que el silencio del blog vuelva a tener sonido.

    Respecto a la entrada y a la empatía, estoy totalmente de acuerdo.
    A veces prejuzgamos y creemos que el dolor ajeno es menor o incluso imaginario. Cuando lo realidad puede ser todo lo contrario e incluso peor.

    Un abrazo.

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  11. Aunque no lo creas, hoy cuando vi que has visitado mi blog me puse contenta porque pensé que estás mejor…Esto que cuentas me dejó preocupada porque ese médico sabe que tú también lo eres! Imagínate cómo le puede ir a una señora desconocida y pobre con ese doctorcito…¡Es para quedar deprimida! Y lo peor, en vez de conseguir animar al paciente, lo tira al hoyo de una! Si nuevamente se te cruza en tu camino, debes hacerle presente cómo te hizo sentir; estas cosas no hay que dejarlas pasar, o al menos en cuanto la salud mejora, pues plantearle su error!
    Es muy bueno que te hayas animado a escribir.
    Un beso.
    Gabriela

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    • ¡Muchas gracias por tus palabras!
      En cuanto a lo que dices, en el hospital me gusta que me traten como a cualquier paciente y no hagan distinción por mi profesión (no me gustan las discriminaciones de ningún tipo).
      Lo otro que me comentas, por supuesto que lo hice…2 o 3 días después cuando ya me encontraba mejor, en un pase de visita le hablé de su poca empatía, me lo reconoció y los residentes que la acompañaban me hicieron un guiño de aprobación, ¡bien!, espero que le sirviera para recapacitar un poco, al menos durante ese dia.
      ¡Me gusta tu blog!

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  12. Aunque no lo creas, hoy cuando vi que has visitado mi blog me puse contenta porque pensé que estás mejor…Esto que cuentas me dejó preocupada porque ese médico sabe que tú también lo eres! Imagínate cómo le puede ir a una señora desconocida y pobre con ese doctorcito…¡Es para quedar deprimida! Y lo peor, en vez de conseguir animar al paciente, lo tira al hoyo de una! Si nuevamente se te cruza en tu camino, debes hacerle presente cómo te hizo sentir; estas cosas no hay que dejarlas pasar, o al menos en cuanto la salud mejora, pues plantearle su error!
    Es muy bueno que te hayas animado a escribir.
    Un beso.
    Gabriela

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  13. Hola,

    Es un auténtico placer tenerte de vuelta. Y más con el tema que abordas. Coincido contigo, entre las personas que trabajamos en Sanidad es frecuente que haya gente que ha perdido la empatía. Y tristemente esto sucede aún más entre quienes nos dedicamos a las Urgencias y Emergencias.

    Por un lado, por la premura por la que debemos trabajar y, por otro, pasamos muy poco tiempo con los pacientes y sus acompañantes.

    Sin embargo, a mi entender tus reflexiones son especialmente importantes en nuestro ámbito, ya que al dolor, malestar o incapacidad que están presentes también en la atención primaria u hospitalaria hay que sumar la angustia que sienten las personas a las que atendemos porque dichos síntomas se han presentado de forma aguda y también las personas de su entorno, que están viendo sufrir a alguien que les importa.

    Un abrazo y espero leerte pronto

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  14. Dra. quiero decirle que tiene un gran blog lleno de humanidad en estos días en los que la medicina (por lo general ha pasado a negocio) usted nos ofrece la honestidad y lealtad que tanto le falta a los médicos. Sea por lo que sea,
    Quiero felicitarla y animarla ya que la necesitamos
    Saludos

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  15. ¡Me alegro de que estés en las trincheras de nuevo! Eso es una buena noticia porque significa que estás mejor.

    En cuanto a tus malas experiencias como paciente, te entiendo perfectamente.

    No sé dónde leí que una asignatura que deberían cursar los médicos (o profesionales sanitarios) debería ser entrar en el sistema sanitario como pacientes durante algún tiempo. Sería más fácil desarrollar esa empatía.

    En realidad, no hay que olvidar que los médicos (o cualquier profesional sanitario), igual que los pacientes, son simples seres humanos y, como tales, esencialmente imperfectos y defectuosos.

    Tener esa idea en mente me ayuda a no tomarme las situaciones interpersonales demasiado en serio.

    Ánimo.

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    • ¡Muchas gracias doctor!
      Como paciente se viven más experiencias buenas que malas (en cuanto a la relación con los profesionales sanitarios), pero hoy les ha tocado a las malas…
      En este tiempo no he dejado de leer tus artículos, sabes que me tienes entre tus fans.

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  16. De piedra me dejas. Profe de medicina desde hace dos años, con alumnos de tercero y cuarto sobre todo, no les encuentro más «listos» pero tampoco especialmente «antiempàticos». En todas mis prácticas sale la palabra empata, viejuno que es uno. Creo que la cosa viene después con los aguerridos residentes imitando a tanto adjunto superespecializado. Quizá el problema viene de la de seducción sistemática que vivimos. En USA ya hicieron una peli, el doctor. En fin, estaré viejo pero no me rindo. Conseguiré poner de moda la empatia. Porque no son tontos. Y me copian. Feliz retorno. Un beso

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    • Me alegro mucho por esos alumnos que te tienen de «profe», seguro que los que pasen por tus clases serán mejores médicos y personas.
      También he de decir que me he encontrado con muchísimos buenos profesionales en mi etapa de paciente, pero hoy les tocaba a los otros…
      Un saludo y un abrazo.

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  17. Qué alegría me has dado hoy Mª José¡¡ Encantada de verte por aquí de nuevo. Eso significa que las cosas poco a poco mejoran.
    Siempre he creído que ir al médico debiera ser un acto agradable, salvando la patología que te lleve a visitarle, lo que esperas encontrar es alguien en quien confiar, que te ayude a sentirte mejor, sabemos todos que para ello casi nunca es suficiente una pastilla, un tratamiento o una intervención impecable y eso lamentablemente no lo garantizan las mejores notas, lo garantiza la vocación.
    Estamos totalmente de acuerdo
    Un abrazo

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  18. ¡María José cuánto me alegra tu vuelta por aquí!
    He pensado mucho en ti por esto que comentas hoy.
    Desde que escribo mi blog narro muchas experiencias negativas; y temo que quede la idea de que no hay médicos sensibles a nuestras necesidades. Porque como dices, he dado con también con profesionales.
    Pero con ciertas enfermedades se olvidan de cosas muy importantes para nosotros.
    Lo que cuentas de andar obviando tu artritis es lo mismo que hizo mi doctora de cabecera, cuando me dijo que si no podía hacer algo que me cansara para ayudarme a dormir en vez de tomar Zolpidem. Y lo que me salió fue un «¿aún más?», porque no sé cuánto más cansada puede estar alguien con Síndrome de Fatiga Crónica y otras enfermedades que cursan con fatiga como es mi caso. Y me dijo «bueno tú ya me entiendes». Pues no, porque yo andaba dos horas diarias cuando no iba al gimnasio (y trabajaba, hacía voluntariado, me relacionaba…) y tenía insomnio.
    Algunos deberían entender que no es falta de voluntad ni comodidad, que simplemente tu cuerpo no tira. Y se agradece esa empatía cuando los medicamentos solo son un parche a tus muchas goteras.

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    • ¡Muchísimas gracias!
      Ya sabes que estoy totalmente de acuerdo contigo…a ver si con el tiempo va mejorando todo y, los profesionales conocen mejor las enfermedades y cómo se sienten los pacientes ante ellas…
      ¡Un abrazo!

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