Así de entrada te diría que si este es tu caso dejes de leer este post, porque estamos en la misma situación, pero sacando mi vena profesional voy a intentar buscar algunas soluciones a ver si nos sirven a los dos.
Lo primero es no repasar las matemáticas una y otra vez para saber cuánto falta para la próxima dosis de analgésico. Sigue leyendo